Hay 5,5 millones de desplazados internos, unos 1,2 millones de retornados y 517.140 refugiados y solicitantes de asilo de países vecinos. Sólo en 2021, se calcula que 1,5 millones de personas se vieron desplazadas principalmente por atentados, enfrentamientos armados o conflictos territoriales e intercomunitarios. Varias de estas personas han tenido que trasladarse varias veces debido a la continua violencia[i].
La región del Kivu Norte, en particular Goma, ciudad situada en la frontera con Ruanda. Esta región, una de zona más conflictivas de África, sufre las consecuencias de una guerra que no termina desde 1996. La población rural está emigrando a la ciudad por seguridad y se añaden demás los millones de desplazados por el conflicto armado. En un contexto así, las mujeres adolescentes y la población infantil son las más vulnerables, desafortunadamente, sólo han conocido la guerra y el número de mujeres víctimas de graves violaciones de derechos humanos no para de aumentar. La sociedad congoleña es una sociedad patriarcal donde las mujeres viven en desigualdad frente a los hombres. Las mujeres continúan soportando el mayor peso de la pobreza y del analfabetismo, son víctimas de violencia, tienen una baja participación política, la mayor parte de ellas carecen de un salario remunerado en la economía formal y sufren graves violaciones de sus derechos civiles, sexuales y reproductivos.
La Oficina Conjunta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (RDC) sigue de cerca la situación de los derechos humanos y realiza análisis de las tendencias de los derechos humanos en el país. Estas tendencias se comunican periódicamente a las autoridades para que adopten las medidas necesarias, incluido el enjuiciamiento de los presuntos autores de violaciones de derechos humanos documentadas, y se presentan en la conferencia de prensa bimensual de la ONU. Aproximadamente el 94% de las violaciones documentadas en noviembre de 2021 se cometieron en las provincias afectadas por el conflicto (752 violaciones) y provocaron la muerte de al menos 379 civiles (276 hombres, 70 mujeres y 33 niños). Como en el mes anterior, los combatientes de los grupos armados fueron los principales autores de las violaciones en estas provincias (65%). De todas las partes del conflicto, los soldados de las FARDC fueron los que cometieron el mayor número de violaciones en las provincias afectadas por el conflicto, mientras que, entre los grupos armados, los combatientes de Nyatura fueron los que cometieron el mayor número de violaciones documentadas. La mayoría de las violaciones y abusos se registraron de nuevo en la provincia de Kivu del Norte (443 violaciones, es decir, el 59% de las violaciones cometidas en estas provincias), seguida de Ituri (104 violaciones), Tanganica (96 violaciones) y Kivu del Sur (58 violaciones)[i].
Los derechos educativos
La República Democrática del Congo ha realizado importantes progresos en el sector de la educación. La tasa de finalización de la enseñanza primaria, por ejemplo, ha aumentado considerablemente, pasando del 29% en 2002 al 70% en 2014. Sin embargo, sigue siendo uno de los países con mayor número de niños sin escolarizar. Se calcula que 3,5 millones, es decir, el 26,7% de las niñas/os en edad de asistir a la escuela primaria, no están escolarizados. De ellos, 2,75 millones viven en zonas rurales. Además, el sector se enfrenta a muchos retos en términos de calidad, gobernanza y disparidades. Desagregando los resultados según el sexo, se observa en la provincia de Kivu del Norte, las niñas de 15 a 17 años tienen más probabilidades de estar sin escolarizar. De hecho, el 43% de ellas están privadas de este indicador, frente al 22,8% de los chicos[ii].
El 20 de agosto de 2019, Tina Salama, portavoz del presidente Félix Tshisekedi, anunció que a partir de entonces la enseñanza sería gratuita para las niñas/os congoleños. El objetivo era garantizar que las niñas/os, en particular los procedentes de familias y comunidades de bajos ingresos, tuvieran acceso a una educación básica. Por falta de financiación y la malversación de fondos asignado no ha permitido que la escuela gratuita llega a Norte de KIVU. En concreto se observa acciones y actividades de los ONG como Ghovodi[iii] que trabaja con 20 escuelas (KIVU Norte) en el marco del proyecto Escuelas sin Muros desarrollado con la colaboración de BICE[iv]. Según Ghovodi, la matriculación 2020 – 2021 había disminuido un 10%, esto se debe al aumento de la pobreza. Pero también por el hecho de que varias chicas quedaron embarazadas durante el confinamiento de COVID y sus familias no les permiten volver a la escuela.
El BICE trabaja actualmente con tres socios locales en Kivu del Norte y del Sur, Ghovodi, Corazón sin fronteras y Peder en dos proyectos: uno en el marco del programa Escuelas sin Muros en torno a la reinserción social y profesional de las jóvenes víctimas de la violencia en Kivu Norte; el otro creado a principios de febrero de 2021 para ayudar a las familias vulnerables a hacer frente a la crisis sanitaria y socioeconómica. Las acciones incluyen apoyo alimentario de emergencia y ayuda para crear actividades generadoras de ingresos.
Los derechos económicos y sociales
En términos económicos, la provincia de Kivu del Norte tiene una economía dominada por las actividades agropecuarias con dos polos económicos principales (el polo norte con Butembo y Beni y el polo sur con Goma). La producción agrícola es generalmente tradicional y se caracteriza por la falta de tierras, insumos agrícolas y mano de obra. La provincia es un excelente destino turístico por la variedad de fauna y flora, así como su accidentado terreno salpicado de lagos y ríos. Sin embargo, el turismo está en declive desde los años 90 debido a las diversas guerras y a la inseguridad provocada por la presencia de grupos armados. Esta provincia tiene una baja potencial minero en comparación con otras provincias del país. Sin embargo, este potencial no es despreciable porque la casiterita (óxido de estaño), la columbita-tantalita (óxido mixto de tantalio) y el niobio (columbio) se extraen desde la época colonial. Además, se dice que el lago Kivu contiene cerca de 50.000 millones de metros cúbicos de gas metano, que aún no se ha explotado[v].
Los confinamientos relacionados con la COVID-19 y El estado de excepción declarado el 6 de mayo de 2021 en Ituri y Kivu del Norte asoladas por una violencia interminable; tuvieron efectos negativos en las familias de bajos ingresos. Estas familias perdieron fuentes de ingresos fundamentales, tanto en zonas rurales y urbanas como en las regiones fronterizas, debido al descenso de la demanda de mano de obra para la economía informal y para el comercio transfronterizo.
En las zonas rurales, las mujeres ya no pueden acceder a las tierras agrícolas debido a la presencia de los grupos armados y a la violencia ejercida contra ellas. "Además, los desplazados que se ven obligados a abandonar sus tierras, sus ahorros y sus cultivos tienen dificultades para vivir en las zonas de refugio.
En el mismo orden Reagen Bangaghe presidente del parlamento de las niñas/os de Butembo pide la responsabilidad de todos los estratos sociales para que se hagan cargo de la educación de las niñas/os sometidas a una explotación económica. Se queja de que las personas adultas utilizan a la niña/o para sus propios intereses. Esta es una situación que denuncia el parlamento de las niñas/os en la ciudad de Butembo, hay un buen número de niñas/os que no están escolarizados. Esta explotación es debido a la situación de pobreza de su familia y/o por ser niñas/os en situación de desplazadas, que no pueden acceder a su derecho a la educación. Esto incita a estas/os a ser explotados, a ser utilizados en la ciudad e incluso en los burdeles que se están creando, a pesar de las actividades de sensibilización de los agentes de protección,[vi]
El derecho a la salud
En la RDC, los derechos a la salud se ven seriamente amenazados desde el momento del nacimiento. A gran escala, la salud de las congoleñas se encuentra en un estado vulnerable debido al débil sistema de salud, acoplado a los niveles de extrema pobreza. La pandemia de COVID-19 ejerció una inmensa presión sobre un sistema de salud ya insuficientemente financiado y desbordado, y sobre un personal sanitario mal pagado que también tenía que responder a las epidemias de ébola, sarampión y cólera. En la provincia de Kivu del Norte, las tasas de privación superan el 50% en las dimensiones de salud, agua, saneamiento y protección de la infancia. También se observan tasas de privación significativas en la dimensión de la nutrición de las niñas/os menores de dos años. Además, más de una cuarta parte de las niñas/os de cinco años o más sufren privaciones en la dimensión educativa. Las carencias en materia de supervivencia infantil (higiene, salud y nutrición), especialmente por su interactividad, ponen en riesgo la integridad física de las niñas/os.[vii]
En un contexto en el que los servicios sanitarios se pagan y la población en general tiene muy pocos medios, es posible que la dependencia económica de las mujeres contribuye para limitar su acceso a la asistencia sanitaria. Por esta razón, a menudo se considera una mujer soltera que acude a un centro de salud sea sospecha de no poder pagar los cuidados. Además, el reconocimiento de la autoridad del marido o jefe de familia por parte del personal sanitario se manifiesta en la transmisión de información. En materia de salud en los centros de salud y hospitales, el personal sanitario preferirá entregar la información sobre los problemas de salud de las mujeres a los jefes de familia o el marido.
En conclusión, a pesar de todas las dificultades debemos reconocer que en el Congo habido avances considerables sobre el tema de las mujeres, gracias sobre todo al trabajo de la sociedad civil en visibilizar los abusos y la vulneración de los Derechos de la mujer. Instamos al gobierno congoleño, las organizaciones civiles tanto como a las instituciones Internacionales a trabajar codo a codo para salvaguardar los pasos conseguidos en materia de la educación, la independencia económica de la mujer y el tema de Salud. Ninguna sociedad puede pretender desarrollarse sin la participación de la mujer. Una mujer emprendida necesita una educación, una independencia económica y disfrutar de una buena salud. No podemos cerrar esta página sin pedir que se restablezca la paz en las regiones de los dos Kivus. Porque la guerra ha sido un caldo de cultivo a los diferentes problemas que ya conocía la mujer congoleña, por el hecho de ser mujer.
La región del Kivu Norte, en particular Goma, ciudad situada en la frontera con Ruanda. Esta región, una de zona más conflictivas de África, sufre las consecuencias de una guerra que no termina desde 1996. La población rural está emigrando a la ciudad por seguridad y se añaden demás los millones de desplazados por el conflicto armado. En un contexto así, las mujeres adolescentes y la población infantil son las más vulnerables, desafortunadamente, sólo han conocido la guerra y el número de mujeres víctimas de graves violaciones de derechos humanos no para de aumentar. La sociedad congoleña es una sociedad patriarcal donde las mujeres viven en desigualdad frente a los hombres. Las mujeres continúan soportando el mayor peso de la pobreza y del analfabetismo, son víctimas de violencia, tienen una baja participación política, la mayor parte de ellas carecen de un salario remunerado en la economía formal y sufren graves violaciones de sus derechos civiles, sexuales y reproductivos.
La Oficina Conjunta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (RDC) sigue de cerca la situación de los derechos humanos y realiza análisis de las tendencias de los derechos humanos en el país. Estas tendencias se comunican periódicamente a las autoridades para que adopten las medidas necesarias, incluido el enjuiciamiento de los presuntos autores de violaciones de derechos humanos documentadas, y se presentan en la conferencia de prensa bimensual de la ONU. Aproximadamente el 94% de las violaciones documentadas en noviembre de 2021 se cometieron en las provincias afectadas por el conflicto (752 violaciones) y provocaron la muerte de al menos 379 civiles (276 hombres, 70 mujeres y 33 niños). Como en el mes anterior, los combatientes de los grupos armados fueron los principales autores de las violaciones en estas provincias (65%). De todas las partes del conflicto, los soldados de las FARDC fueron los que cometieron el mayor número de violaciones en las provincias afectadas por el conflicto, mientras que, entre los grupos armados, los combatientes de Nyatura fueron los que cometieron el mayor número de violaciones documentadas. La mayoría de las violaciones y abusos se registraron de nuevo en la provincia de Kivu del Norte (443 violaciones, es decir, el 59% de las violaciones cometidas en estas provincias), seguida de Ituri (104 violaciones), Tanganica (96 violaciones) y Kivu del Sur (58 violaciones)[i].
Los derechos educativos
La República Democrática del Congo ha realizado importantes progresos en el sector de la educación. La tasa de finalización de la enseñanza primaria, por ejemplo, ha aumentado considerablemente, pasando del 29% en 2002 al 70% en 2014. Sin embargo, sigue siendo uno de los países con mayor número de niños sin escolarizar. Se calcula que 3,5 millones, es decir, el 26,7% de las niñas/os en edad de asistir a la escuela primaria, no están escolarizados. De ellos, 2,75 millones viven en zonas rurales. Además, el sector se enfrenta a muchos retos en términos de calidad, gobernanza y disparidades. Desagregando los resultados según el sexo, se observa en la provincia de Kivu del Norte, las niñas de 15 a 17 años tienen más probabilidades de estar sin escolarizar. De hecho, el 43% de ellas están privadas de este indicador, frente al 22,8% de los chicos[ii].
El 20 de agosto de 2019, Tina Salama, portavoz del presidente Félix Tshisekedi, anunció que a partir de entonces la enseñanza sería gratuita para las niñas/os congoleños. El objetivo era garantizar que las niñas/os, en particular los procedentes de familias y comunidades de bajos ingresos, tuvieran acceso a una educación básica. Por falta de financiación y la malversación de fondos asignado no ha permitido que la escuela gratuita llega a Norte de KIVU. En concreto se observa acciones y actividades de los ONG como Ghovodi[iii] que trabaja con 20 escuelas (KIVU Norte) en el marco del proyecto Escuelas sin Muros desarrollado con la colaboración de BICE[iv]. Según Ghovodi, la matriculación 2020 – 2021 había disminuido un 10%, esto se debe al aumento de la pobreza. Pero también por el hecho de que varias chicas quedaron embarazadas durante el confinamiento de COVID y sus familias no les permiten volver a la escuela.
El BICE trabaja actualmente con tres socios locales en Kivu del Norte y del Sur, Ghovodi, Corazón sin fronteras y Peder en dos proyectos: uno en el marco del programa Escuelas sin Muros en torno a la reinserción social y profesional de las jóvenes víctimas de la violencia en Kivu Norte; el otro creado a principios de febrero de 2021 para ayudar a las familias vulnerables a hacer frente a la crisis sanitaria y socioeconómica. Las acciones incluyen apoyo alimentario de emergencia y ayuda para crear actividades generadoras de ingresos.
Los derechos económicos y sociales
En términos económicos, la provincia de Kivu del Norte tiene una economía dominada por las actividades agropecuarias con dos polos económicos principales (el polo norte con Butembo y Beni y el polo sur con Goma). La producción agrícola es generalmente tradicional y se caracteriza por la falta de tierras, insumos agrícolas y mano de obra. La provincia es un excelente destino turístico por la variedad de fauna y flora, así como su accidentado terreno salpicado de lagos y ríos. Sin embargo, el turismo está en declive desde los años 90 debido a las diversas guerras y a la inseguridad provocada por la presencia de grupos armados. Esta provincia tiene una baja potencial minero en comparación con otras provincias del país. Sin embargo, este potencial no es despreciable porque la casiterita (óxido de estaño), la columbita-tantalita (óxido mixto de tantalio) y el niobio (columbio) se extraen desde la época colonial. Además, se dice que el lago Kivu contiene cerca de 50.000 millones de metros cúbicos de gas metano, que aún no se ha explotado[v].
Los confinamientos relacionados con la COVID-19 y El estado de excepción declarado el 6 de mayo de 2021 en Ituri y Kivu del Norte asoladas por una violencia interminable; tuvieron efectos negativos en las familias de bajos ingresos. Estas familias perdieron fuentes de ingresos fundamentales, tanto en zonas rurales y urbanas como en las regiones fronterizas, debido al descenso de la demanda de mano de obra para la economía informal y para el comercio transfronterizo.
En las zonas rurales, las mujeres ya no pueden acceder a las tierras agrícolas debido a la presencia de los grupos armados y a la violencia ejercida contra ellas. "Además, los desplazados que se ven obligados a abandonar sus tierras, sus ahorros y sus cultivos tienen dificultades para vivir en las zonas de refugio.
En el mismo orden Reagen Bangaghe presidente del parlamento de las niñas/os de Butembo pide la responsabilidad de todos los estratos sociales para que se hagan cargo de la educación de las niñas/os sometidas a una explotación económica. Se queja de que las personas adultas utilizan a la niña/o para sus propios intereses. Esta es una situación que denuncia el parlamento de las niñas/os en la ciudad de Butembo, hay un buen número de niñas/os que no están escolarizados. Esta explotación es debido a la situación de pobreza de su familia y/o por ser niñas/os en situación de desplazadas, que no pueden acceder a su derecho a la educación. Esto incita a estas/os a ser explotados, a ser utilizados en la ciudad e incluso en los burdeles que se están creando, a pesar de las actividades de sensibilización de los agentes de protección,[vi]
El derecho a la salud
En la RDC, los derechos a la salud se ven seriamente amenazados desde el momento del nacimiento. A gran escala, la salud de las congoleñas se encuentra en un estado vulnerable debido al débil sistema de salud, acoplado a los niveles de extrema pobreza. La pandemia de COVID-19 ejerció una inmensa presión sobre un sistema de salud ya insuficientemente financiado y desbordado, y sobre un personal sanitario mal pagado que también tenía que responder a las epidemias de ébola, sarampión y cólera. En la provincia de Kivu del Norte, las tasas de privación superan el 50% en las dimensiones de salud, agua, saneamiento y protección de la infancia. También se observan tasas de privación significativas en la dimensión de la nutrición de las niñas/os menores de dos años. Además, más de una cuarta parte de las niñas/os de cinco años o más sufren privaciones en la dimensión educativa. Las carencias en materia de supervivencia infantil (higiene, salud y nutrición), especialmente por su interactividad, ponen en riesgo la integridad física de las niñas/os.[vii]
En un contexto en el que los servicios sanitarios se pagan y la población en general tiene muy pocos medios, es posible que la dependencia económica de las mujeres contribuye para limitar su acceso a la asistencia sanitaria. Por esta razón, a menudo se considera una mujer soltera que acude a un centro de salud sea sospecha de no poder pagar los cuidados. Además, el reconocimiento de la autoridad del marido o jefe de familia por parte del personal sanitario se manifiesta en la transmisión de información. En materia de salud en los centros de salud y hospitales, el personal sanitario preferirá entregar la información sobre los problemas de salud de las mujeres a los jefes de familia o el marido.
En conclusión, a pesar de todas las dificultades debemos reconocer que en el Congo habido avances considerables sobre el tema de las mujeres, gracias sobre todo al trabajo de la sociedad civil en visibilizar los abusos y la vulneración de los Derechos de la mujer. Instamos al gobierno congoleño, las organizaciones civiles tanto como a las instituciones Internacionales a trabajar codo a codo para salvaguardar los pasos conseguidos en materia de la educación, la independencia económica de la mujer y el tema de Salud. Ninguna sociedad puede pretender desarrollarse sin la participación de la mujer. Una mujer emprendida necesita una educación, una independencia económica y disfrutar de una buena salud. No podemos cerrar esta página sin pedir que se restablezca la paz en las regiones de los dos Kivus. Porque la guerra ha sido un caldo de cultivo a los diferentes problemas que ya conocía la mujer congoleña, por el hecho de ser mujer.
[i] BCNUDH : Note sur les principales tendances des violations des droits de l’homme en novembre 2021, https://reliefweb.int/sites/reliefweb.int/files/resources/bcnudh_-_communique_de_presse_-_note_mensuelle_novembre_2021.pdf
[vi] Reagen Bangaghe : le parlement d’enfants dénonce l’exploitation économique et sexuelle des enfants, entrevista Radio okapi 20 de noviembre 2021 https://www.radiookapi.net/2021/11/20/actualite/societe/nord-kivu-le-parlement-denfants-denonce-lexploitation-economique-et-0
Insereix aquí el cos del text.